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Grote Reber. 70 años del primer radiotelescopio (*)
Por Derian Jesús Dorado
Fundador AIDA
Corría el año 1937 y en el suburbio de Wheaton (Illinois), más exactamente en el patio trasero de su casa, un hombre solitario poseedor de una férrea tenacidad, sentido práctico, talento científico, y unos pocos ahorros, trabajaba con denuedo en la construcción de un extraño plato metálico y un receptor de radio acoplado a él. Se trataba del ingeniero de radio Grote Reber y el desconocido aparato era el primer radiotelescopio del mundo. Su admirable esfuerzo para sostener con recursos propios la exploración radio del cielo revolucionaría la astronomía observacional como no se había visto desde los días del telescopio óptico de Galileo.
La observación del cielo en el espectro radio había comenzado 5 años antes y su descubrimiento fue mas bien accidental, cuando el ingeniero Karl Jansky, trabajando para los Laboratorios Bell había hallado que una de las interferencias radio que afectaba las comunicaciones radiotelefónicas con Europa procedía del firmamento [1]; específicamente de las regiones centrales de la Vía Láctea, hacia la constelación de sagitario.
Como los Laboratorios Bell de manera bastante corporativa y burocrática decidieron no continuar apoyando la investigación de Jansky, el alumbramiento de la radioastronomía parecía apagarse. Sin embargo, Grote Reber no estaba dispuesto a permitir que la llamita se extinguiera. Reber, interesado en el descubrimiento de Jansky, continuó con la observación y el estudio de los astros en el espectro radio por su propia cuenta y coste.
Radiotelescopio construido por Grote Reber
Sin embargo, la antena diseñada por Karl Jansky resultaba inadecuada para un escrutinio preciso del cielo; por lo que Reber quien era un buen ingeniero y excelente radioaficionado, emprendió la construcción de una antena parabólica de 9 metros de diámetro que mejoraba notablemente la recepción de las señales radio. Antes de tener éxito en la recepción de señales, Reber trabajó en las frecuencias de los 3300 Mhz y 900 Mhz con resultados negativos; pero a una frecuencia de operación de 160 Mhz obtuvo las primeras señales radio, provenientes del espacio exterior.
Inicialmente, Reber confirmo los descubrimientos de Jansky; pero dado que era un hombre muy dedicado, su trabajo y legado trascendió mucho más allá.
Grote Reber fue la primera persona en estudiar sistemáticamente el cielo observando algo más que la luz visible, lo que dio a la astronomía una total y nueva visión del Universo [2].
Con la segunda guerra mundial ad portas y durante ella, Reber perfeccionó cada vez más su radiotelescopio y métodos de observación, logrando el primer mapa radioeléctrico del cielo. Identificó tres fuentes principales de radio: En la región central de la Vía Láctea en la constelación de Sagitario, en la constelación del Cisne (Cyg A) y otra en la constelación de Casiopea (Cas A).
Mapa radioeléctrico del cielo por Grote Reber
Las observaciones y resultados de Jansky y Reber, despertaron poco interés en la comunidad de astrónomos profesionales; así que por mucho tiempo Grote Reber fue quien mantuvo la motivación y estudio de esta nueva rama de la astronomía. Sin embargo, en el marco de la teoría de emisión termal o radiación de cuerpo negro con la que se contaba en aquella época, si que habían encontrado resultados mas que interesantes y que la contradecían [3]: por un lado se esperaba que fuese el incandescente Sol, la mayor fuente de señales radio puesto que esta muchísimo más cerca que las demás posibles radiofuentes celestes. Pero no fue así. La radioemisión detectada provenía principalmente de las fuentes arriba citadas.
Por otro lado, Reber descubrió que la potencia de radio recibida de las fuentes, aumentaba con la longitud de onda de la señal. Según la teoría de emisión termal, la potencia aumenta cuando la longitud de onda disminuye.
Entonces, si los datos de Jansky y Reber eran correctos, (y si que lo eran!) algún otro fenómeno de emisión debería existir.
Con el tiempo este misterio condujo a los astrónomos profesionales, ya librados de la enorme sombra de la segunda guerra mundial y gracias a las publicaciones de Reber en prestigiosos magazines científicos, al descubrimiento y explicación de los fenómenos de emisión No Termal.
De esta forma, el trabajo decidido y desinteresado de Grote Reber, mostró el camino a los radioastrónomos herederos. Lo que a posteriori condujo a sorprendentes descubrimientos tales como los Quasares, Pulsares, Agujeros Negros, y la Radiación de Fondo de Microondas.
Así pues, estimados lectores, a 70 años de la construcción del primer radiotelescopio, la radioastronomía no ha hecho más que comenzar.
Bibliografía
[1] F. Ghigo. Karl Jansky and the Discovery of Cosmic Radio Waves. NRAO – Gree bank, WV. Disponible en: /www.nrao.edu/whatisra/hist_jansky.shtml. Noviembre de 2007
[2] Finley, Dave. Grote Reber, ex-W9GFZ. Disponible en : http://www.setileague.org/admin/reber.htm. Noviembre de 2007.
[3] Thorne, Kip. Agujeros Negros y Tiempo Curvo. El escandaloso legado de Einstein. Ed. Critica, 1995.
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No sé cómo será la tercera guerra mundial, pero sé que la cuarta será con piedras y lanzas.
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