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100 años del evento de Tunguska
Esta fotografía de Tunguska, tomada por una expedición rusa encabezada por Leonid Kulik en 1927, muestra los árboles derribados y completamente quemados.
En la mañana del 30 de junio de 1908, una pavorosa explosión despertó a los escasos habitantes de una remota región de Siberia llamada Tunguska. El calor de la explosión aplastó millones de árboles e incineró rebaños enteros de renos. Milagrosamente (hasta donde sabemos) ningún ser humano resultó lesionado. Durante meses después de este evento, el cielo permaneció con un aterrador brillo anaranjado que permitía incluso leer los períodicos en la noche (sin tener que recurrir a una lámpara).
Sin embargo, dado lo lejano del lugar (más la inestabilidad política que terminaría con el régimen zarista de Rusia y daría paso a la creación de la Unión Soviética), sólo hasta 1927 llegó a Siberia una expedición para investigar el fenómeno. Estaba encabezada por Leonid Kulik, un geólogo ruso que coleccionaba meteoritos. Kulik se encontró con el escenario aterrador de los árboles aplastados, los cuales estaban distribuídos siguiendo un amplio patrón radial en forma de mariposa que cubría más de 2.000 km cuadrados, algo que interpretó como el resultado del impacto de un meteorito de hierro.
Pero los resultados negativos de esta y otras expediciones para encontrar fragmentos del meteorito llevaron a la formulación de otras hipótesis, entre ellas la de un posible impacto cometario, la explosión de gas metano liberado desde el suelo pantanoso, e incluso la posible explosión de una nave extraterrestre en la atmósfera (a entre 5 y 10 km de altura). Por esta razón, se han creado varias simulaciones numéricas por parte de astrofísicos para tratar de decidir entre las diferentes hipótesis. La más aceptada (hasta ahora) es la de la explosión de un asteroide rocoso. Christopher F. Chyba (NASA Ames Research Center) y sus colegas propusieron en 1993 que el asteroide tenía unas pocas decenas de metros y que explotó a varios km de altura. Simulaciones más recientes, hechas por N. A. Artemieva y V. V. Shuvalov, (ambos del Instituto para la Dinámica de Geósferas en Moscú) han producido el modelo de un asteroide de tamaño similar que se vaporizó a entre 5 y 10 km de altura sobre Tunguska. En este modelo, los fragmentos resultantes se dispersaron ampliamente sobre la atmósfera.
Muchos investigadores rusos se niegan a aceptar la idea del asteroide y prefieren la hipótesis cometaria. Aparentemente los cometas son cuerpos esponjosos y frágiles como un suspiro (o merengue) de panadería, compuestos por partículas de hielo y polvo, por lo que se volatilizarían fácilmente al entrar en contacto con la atmósfera terrestre a las altas velocidades que los caracteriza, lo cual permitiría explicar la ausencia de fragmentos en el sitio de la explosión. Entre las posibles fuentes cometarias del meteorito se han citado al cometa 2P/Encke y las Táuridas, una conocida lluvia de meteoritos que ocurre en junio y en noviembre todos los años, asociada con dicho cometa.
Sin embargo, a fines del año pasado, Mark Boslough y su grupo (Sandia National Laboratories) llegaron a la conclusión de que el evento sí pudo haber sido causado por un asteroide, pero más pequeño. Una simulación lograda mediante una supercomputadora mostró que la masa del cuerpo se convirtió en un chorro creciente de gas a alta temperatura que viajaba a velocidades supersónicas. El modelo también mostró que el objeto fue comprimido inicialmente por la resistencia creciente de la atmósfera. A medida que penetró más profundamente, la resistencia del aire lo hizo explotar, lo que ocasionó un fuerte flujo de gas caliente que llegó hasta la superficie. Puesto que la bola de fuego habría transportado energía adicional, la explosión, que se pensó inicialmente que había liberado una energía de entre 10 y 20 megatones (equivalente a unas 1.000 bombas de Hiroshima), es más probable que haya liberado tan "sólo" 3 a 5 megatones (equivalentes a tan "sólo" 200 a 300 bombas de Hiroshima), según Boslough.
Mapa que muestra la localización aproximada del evento de Tunguska.
Obsérvese la ubicación de San Petersburgo, casi en la misma latitud.
En cualquier caso, es una verdadera fortuna que este incidente se haya presentado en una zona tan remota. De haber ocurrido unas horas después, una ciudad tan importante como San Petersburgo (la segunda ciudad más grande de Rusia), ubicada casi en la misma latitud, podría haber sido literalmente borrada del mapa. Como igualmente pudo haber sucedido hace ya casi un año en Cali (la segunda ciudad más grande de Colombia), en cuyas cercanías explotó un meteorito el 7 de julio de 2007 a las 4:30 pm. Uno de los fragmentos atravesó el techo y cayó en el baño de una casa. Otro aterrizó en la cocina de otra casa, después de golpear la nevera. No hubo víctimas en ninguno de los dos casos. ¿Hasta cuándo nos durará la buena suerte a los humanos?
Información adicional:
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The Last Great Impact on Earth Discover Magazine, September 1996
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The Tunguska Mistery Scientific American, June 2008, Vol. 298, Issue 6
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Sandia supercomputers offer new explanation of Tunguska disaster
Imágenes cortesía:
Wikipedia
Leonid Kulik / Wikipedia
Jim Scotti / Spacewatch Telescope (on Kitt Peak)
Noticia tomada de nuestro portal asociado Exobiología y ciencias planetarias a cargo de nuestro amigo Luis Arcelio Saldarriaga. |
Comentarios
1. un agujero negro atravesando la atmósfera, 2. antimateria aniquilándose en la atmósfera terrestre, 3. el choque de una nave extraterrestre, 4. el rayo de la muerte de Nikola Tesla, 5. una prueba nuclear de seres del futuro (implica el uso de una máquina del tiempo). Desde luego, pura ciencia-ficción todas ellas.
Frases célebres
Un minuto de tu tiempo es un minuto de tu vida.
Comentario por:
msolarte
01 Jul 2008 - 03:14PM
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A fines de junio el portal Space.com publicó una nota donde afirma que según l físicoMark Boslough del Laboratorio Nacional Sandia en Albuquerque, el suceso de Tunguska fue producido por un fragmento de asteroide de unos 20 metros de diámetro. La nota puede consultarse en http://www.space.com/news/080630-mm-tunguska-mystery.html