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El calendario egipcio
Por Iván Enrique Paz N.
ipaz@unicauca.edu.co
Igual que en otras civilizaciones, en el antiguo Egipto, el desarrollo de la astronomía resultó de una mezcla de registros científicos entrelazados con concepciones místicas, motivadas por predecir acontecimientos relacionados con las crecidas del río Nilo, considerado como factor un importante para el desarrollo agrícola.
Con un nivel de desarrollo astronómico inferior al alcanzado por los sumerios, sorprende como los antiguos egipcios construyeron sus templos solares orientados hacia algún objeto o fenómeno celeste. La orientación se planeaba de tal manera que durante el orto y el ocaso del día más largo del año, un rayo de sol atravesara por un par de minutos, un pasadizo estrecho intencionalmente construido que comunicaba con el interior del santuario. El destello de luz aumentaba su intensidad hasta un máximo coincidiendo con el preciso momento del solsticio, y luego disminuía hasta desaparecer. Este mecanismo permitió a los sacerdotes calcular con mayor precisión la duración del año. Un ejemplo, es el templo de Amón-Ra construido en Karnak en el 3700 a.C.
Por esta época Egipto se dividía en dos reinos: el reino del norte, con capital en la ciudad de Eb, ellos adoraban al halcón Horus de corona roja. Y el reino del sur, con capital en la ciudad de Nekhen, adoraban también al halcón Horus pero de corona blanca.
Alrededor del año 3100 a.C, el rey Menes, desde el sur logró vencer a los gobernantes del norte, unificar el reino y formar la primera dinastía faraónica. Fundo la ciudad de Menfis, la primera capital del Egipto unificado, adoró a las divinidades del norte y del sur. Durante las dos primeras dinastías hubo desarrollo urbanístico, arquitectónico y cultural. Las casas y las tumbas eran de piedra, los templos, eran sencillos utilizados para dar comida, bebida y ofrendas a las divinidades, puesto que esa era su creencia
Con la estabilidad y tranquilidad parcial existente en el reino, los sacerdotes de la época concentraron sus esfuerzos en el perfeccionamiento del calendario. El calendario egipcio tuvo un desarrollo doble. Hacia el año 3.000 a.C, se basó en el movimiento de la Luna, pero hacia el año 2.700 a.C, cuando gobernaba la dinastía II, los sacerdotes astrónomos descubrieron que los calendarios lunares no eran prácticos para predecir el inicio de las crecidas del Nilo, ni calcular las estaciones o contar amplios periodos de tiempo, por tanto prefirieron perfeccionar el calendario solar para usos civiles, ellos aceptaban que la duración del año civil era de 365 días con 12 meses de 30 días y 5 días adicionales, denominados Epagómenos.
Hacia el año 2470 a.C, durante el periodo de Shep Es Ka (faraón de la dinastía V), se convivía con dos calendarios, el civil y el astronómico. Este último estaba relacionado con el levantamiento del heliaco o salida en el horizonte de la estrella Sotkis (hoy Sirio de la constelación del Can Mayor), este evento se repetía cada 365,25 días. Por tanto, el año comenzaba cuando Sotkis hacia su primera aparición en el amanecer, evento que coincidía con el inicio de la crecida del Nilo. Como los calendarios tenían un desfase, se acepto que ambos coincidirían cada 1460 años. Convivir con dos calendarios dificultó la celebración de las fiestas especiales como la de fin de año y la de cosecha.De acuerdo a la influencia del Nilo, el calendario tenía tres estaciones de cuatro meses cada una: inundación o Akhet, Invierno o Peret, (afloración de la tierra), Verano o Shemú, (falta de agua).
A finales de la segunda dinastía (2650 a.C aprox.) el concepto de Tumba evolucionó, de ser una simple fosa hasta llegar a ser una casa de más de 30 habitaciones. Durante la dinastía III, el concepto evolucionó aún más hasta la construcción de mastabas y grandes pirámides. Este cambio obedeció a que el culto al dios Ra (divinidad suprema), se volvió elitista. El difunto sólo podía aspirar a ganar la gloria de Ra, si era capaz construirse una pirámide o al menos una gran mastaba, llena de relieves que representan sus riquezas y poderes.
Durante el reinado de Djoser, de la tercera dinastía, apareció un genio de la arquitectura de nombre Imhotep, quien llegó a construir para el rey Nether Nekht o Djoser una pirámide escalonada con un complejo sistema funerario. Esta pirámide tiene más de 60 metros de altura y está compuesta de seis gradas de bloques de piedra caliza. Imhotep, dejó conocimientos que fueron la base para la realización de obras tan majestuosas como las grandes pirámides de Snefru, Keops, Kefren y Mycerinos.
Así como el templo de Amón-Ra, la gran pirámide de Keops, construida en el año 2570 a.C. durante el reinado de Jufu (Keops) de la dinastía IV, es otro ejemplo de orientación, puesto que la inclinación del primer pasadizo conocido con el nombre de Siringa, estaba dirigido, no al Polo Norte, sino a la estrella polar de la época: Alfa Draconis. Las cuatro caras de esta pirámide encaran casi perfectamente los cuatro puntos cardinales.
En la pirámide de Keops que alcanzó una altura de 146 metros, se emplearon 2,3 millones de bloques de piedra caliza y granito, con peso entre 1.5 y 40 toneladas. Estaba revestida de piedra caliza blanca y su núcleo es de granito con bloques de casi 200 toneladas. Se cree que en la construcción de la gran pirámide de Keops participaron más de 100.000 personas durante más de 20 años.
Las pruebas hacen pensar que los egipcios emplearon la plataforma superior de la Gran Pirámide, antes de ser terminada, para llevar a cabo observaciones astronómicas.
Pirámide de Keops. Iamgen tomada de la página Amigos de la egiptología
Los egipcios desarrollaron tres grandes instrumentos que utilizaban en la observación astronómica: el reloj de Sol, el reloj de agua (Clepsidra) y el Merkhet, (especie de astrolabio).
El reloj de sol, está formado por una sencilla barra horizontal, en uno de cuyos extremos se fija una traviesa perpendicular. La sombra que proyectaba sobre la traviesa indicaba la hora sobre una escala. El uso de este instrumento dio lugar a que en el verano las horas diurnas, y en el invierno las nocturnas, resultaran más largas.
La clepsidra, inventada al comienzo de la XIV dinastía (1680 a.C.). Consistía en un vaso cónico truncado invertido que se llenaba de agua hasta el borde cuando se ponía el Sol, pues su uso era nocturno. En el fondo tenía un pequeño agujero ingeniosamente calculado. En la pared interior de la clepsidra había doce columnas con once seudo-agujeros más o menos espaciados, correspondientes a las doce horas de la noche, escalonados según los doce meses del año. Cuando el agua llegaba al nivel de la primera marca del mes en cuestión, la segunda hora de la noche empezaba. El reloj se atrasaba media hora en la primera mitad de la noche, y luego recuperaba el atraso.
En Edfú, fue encontrada una clepsidra del año 1500 a.C, ella media el tiempo con mayor precisión. El recipiente era tan grande, que su nivel prácticamente no variaba en el curso de la noche.
El Merkhet, consiste en una estrecha barra horizontal terminada en un pequeño bloque sobresaliente. Tiene dos agujeros en un extremo del bloque para colgar una plomada, existen tres tipos: uno servia únicamente como indicador de direcciones; otro, llevaba una plomada para observación de elongaciones máximas de estrellas y un tercero, tenia graduada la barra y permitía medir la longitud de la sombra del bloque bajo la luz solar.
Clepsidra. Imagen tomada de la página Historia de la medición del tiempo |
Merkhet de barra graduada. Imagen tomada de la página Il tempo |
La constante observación del cielo permitió que astrónomos (sacerdotes) dividieran las estrellas en dos categorías: Las "indestructibles" o "imperecederas" ixm-sk (circumpolares) estas permanecían en el cielo visible, y las "Infatigables" o "errantes" ixmw-wrd, que desaparecían periódicamente del cielo visible (llamadas hoy planetas).
A partir de las estrellas imperecederas formaron agrupamientos registrando y graficando en sus cartas astronómicas 36 decanos (constelaciones) con diferentes formas imaginadas que representaban a 36 dioses secundarios y que presidían los signos del Zodíaco, algunos de sus nombres eran: Gorres, Sucho, Ptechú, Contaré, Stochnené, Sesmé, Siemé, Reno, Setsmé, Chomme, Smat, Sro, Isro, Ptiau, Aseo, Ptebio, Abio, Seket, Chüs, Ero, Rembomare, Théosolk, Queré, Phuor, Softis, Sith, Chumis, Charchumis, Hépe, Phupé, Tomi, Questucati y Afonso. En las noches se apreciaban 18 decanos. Cada decano tenía una duración de 40 minutos que multiplicados por 18 decanos equivalían a las 12 horas modernas, así corregían sus relojes.
Era muy común que los egipcios pintaran sus observaciones en las superficies internas de las tapas de algunos sarcófagos y en los techos de algunas tumbas reales o privadas. En los sarcófagos de Hennou y Tefabi, por ejemplo, los cuadros astronómicos están pintados en la cara interior de la tapa ilustrando a Sothis, Orión, la Osa Mayor y Nut. En los techos de las tumbas de Senmut (XVIII dinastía, 1500a.C, aprox.) se conservan representaciones de constelaciones y las estrellas circumpolares más importantes, las listas de decanatos, aparecen Marte, Júpiter, Sirio, Orión y también se ilustran los doce meses del año.
Techo estelar de Senmut. Imagen tomada de la página Introducción a las constelaciones egipcias
Durante muchos siglos (más de 2000 años) la casta sacerdotal (quienes dominaban el entendimiento de la cronología egipcia) conocedora del desfase de los calendarios se opuso a cualquier ajuste o adición. Fue común, hacer jurar a los nuevos reyes no generar ningún tipo de cambio en los calendarios.
El hecho de que los astrónomos egipcios no hubiesen considerado que el año civil duraba unas horas mas de los 365 días, y que el orto heliaco de Sotkis de se retardaba 1 día cada 4 años, ocasionando que el año astronómico y la crecida del Nilo (año civil) volvieran a coincidir cada 1456 años, esto, permitió que los sacerdotes dedujeran que la verdadera duración del año sothíaco era de 365,25 días El desfase entre calendarios, .generó un desplazamiento hacia atrás del calendario civil con respecto al calendario astronómico y en consecuencia las fiestas se celebraban en estaciones contradictorias, las de verano en invierno y viceversa, cada 730 años.
En el 238 a.C. bajo el reinado de Evergetes I, se reunieron en Canopus, los jefes de los sacerdotes sabios, llamados Hierográmatas "letrados sagrados" y otros líderes religiosos del antiguo Egipto para reformar el calendario. La solución al desfase fue aumentar cada cuatro años un día más (hoy año bisiesto).
Años más tarde, en los llamados papiros de Carlsberg (144 d.C.), se registró un método para determinar las fases de la Luna. En ellos se establece un ciclo de 309 lunaciones por cada 25 años egipcios, de tal forma que estos 9.125 días se disponen en grupos de meses lunares de 29 y 30 días. El conocimiento de este ciclo permitió a los sacerdotes egipcios situar en el calendario civil, las fiestas móviles lunares.
Los egipcios no sobre salieron en la formulación teórica en el campo de la astronomía como es el caso de los sumerios, pero si sobresalieron en la investigación aplicada sobre el tiempo, a ello, se debe el gran legado de la astronomía egipcia expresado en los calendarios Juliano y Gregoriano (usado actualmente), los cuales no son más que una modificación del calendario civil egipcio introducido a occidente por Julio Cesar.
Iván Enrique Paz es Ingeniero Agrónomo de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Ciencias Agrarias, profesor de planta de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad del Cauca; miembro del grupo AIDA desde 2008 donde actualmente hace parte de la Junta Directiva en calidad de Coordinador, entre sus responsabilidades se encuentra liderar estrategias y acciones para el desarrollo de la línea Astronomía y Agricultura. El profesor Paz es coordinador del grupo de investigación Sistemas Integrados de Producción Agropecuaria, Forestal y Acuícola (SISINPRO) de la Universidad del Cauca. |
Comentarios
Buen día mi estimada Selene. En la época en la cual se construyeron las pirámides, no existía una estrella que marcara exactamente el polo norte celeste, razón por la cual éste se determinaba proyectando una línea paralela a la vertical entre Mizar y una estrella de la Osa Menor (beta Urse Minoris creo). Ésta forma de encontrar el norte se mantuvo, pero por efectos de la precesión, ese falso norte se iba moviendo hacia el este en la medida en que los años transcurrían. Yo no sé exactamente cuánto es la desviación entre las pirámides de Egipto, pero si son 4 grados significa que pasaron casi 290 años entre el inicio de las construcciones.
Frases célebres
Dónde arden lámparas hay manchas de aceite; donde arden velas, gotas de cera; únicamente la luz del sol ilumina pura y sin mancha.
Comentario por:
selene
11 Sep 2008 - 07:31AM
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¿que hay de cierto en que los egipcios se orientaron en el polo norte para ubicar la posición de las pirámides y que hay una desviación de 4 grados entre la primera y la última debido a la precesión?