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Planetas extrasolares

TrES-2b, el planeta negro

Publicado por msolarte el 25 de Aug de 2011 - 12:44 PM

Por considerarlo de interés para nuestros lectores y por no haber perdido vigencia en su contenido, replicamos el artículo titulado TrES-2b, el planeta negro, publicado por Daniel Marín, el 15 de agosto de 2011 en su blog  Eureka.

Determinar el brillo de un planeta situado a decenas de años luz parece un reto imposible, especialmente si tenemos en cuenta que con la tecnología actual somos incapaces de ver directamente la inmensa mayoría de exoplanetas descubiertos hasta la fecha.

Planeta_negro

Representación artística de un júpiter caliente con bajo albedo

Imagen cortesía: NASA

Sin embargo, desde hace años los astrónomos han aplicado un pequeño truco para medir el brillo (albedo) y la temperatura de los planetas extrasolares. Básicamente, el método consiste en observar la variación en el brillo de una estrella por delante de la cual pasa -transita- un planeta. Además de la luz estelar bloqueada por el disco planetario, la curva fotométrica incluirá también la contribución de la luz reflejada por el propio planeta. Por supuesto, este efecto es minúsculo y es prácticamente imposible de apreciar usando instrumentos situados en tierra, por lo que se necesitan observatorios espaciales para resolver esta contribución planetaria a la curva de luz. Pero el esfuerzo merece la pena, porque si logramos aislar la luz reflejada por el exoplaneta seremos capaces de medir directamente las características de la atmósfera de estos mundos distantes.

Aplicando este método con datos de los telescopios espaciales Kepler y Spitzer, un equipo de astrónomos liderado por David Kipping ha descubierto el planeta más oscuro conocido hasta la fecha. Se denomina TrES-2b y es un júpiter caliente situado a unos 750 años luz en la constelación de Draco con una masa de 1,12 veces la de Júpiter. Lo sorprendente es que según el modelo empleado para interpretar los datos, TrES-2b tendría un albedo de solamente 1%-2,5%, o lo que es lo mismo, sería más negro que el carbón (!). Por comparación, el albedo del asfalto es del 4-12%, mientras que el de la Luna es de un 12% y el de un núcleo cometario suele rondar el 4%.

Aunque el bajo albedo de TrES-2b es ciertamente sorprendente, lo cierto es que desde hace tiempo se sospecha que los júpiteres calientes tienen que ser muy oscuros, debido principalmente a la absorción de luz visible en las líneas espectrales de sodio y potasio atmosférico. De hecho, los recientes cálculos del albedo de Kepler-7b, otro júpiter caliente, han ofrecido un albedo de 38 ± 12%. Por otro lado, es perfectamente posible que TrES-2b no sea realmente tan oscuro y que el bajo albedo sea un artefacto observacional. Pero en todo caso lo importante es que cada vez está más claro que los júpiteres calientes no son meras versiones ardientes de los gigantes gaseosos de nuestro Sistema Solar, sino un tipo de mundos totalmente distintos a lo que estamos acostumbrados.

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