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TrES-2b, el planeta negro
Por considerarlo de interés para nuestros lectores y por no haber perdido vigencia en su contenido, replicamos el artículo titulado TrES-2b, el planeta negro, publicado por Daniel Marín, el 15 de agosto de 2011 en su blog Eureka. |
Determinar el brillo de un planeta situado a decenas de años luz parece un reto imposible, especialmente si tenemos en cuenta que con la tecnología actual somos incapaces de ver directamente la inmensa mayoría de exoplanetas descubiertos hasta la fecha.
Representación artística de un júpiter caliente con bajo albedo
Imagen cortesía: NASA
Sin embargo, desde hace años los astrónomos han aplicado un pequeño truco para medir el brillo (albedo)
y la temperatura de los planetas extrasolares. Básicamente, el método
consiste en observar la variación en el brillo de una estrella por
delante de la cual pasa -transita-
un planeta. Además de la luz estelar bloqueada por el disco planetario,
la curva fotométrica incluirá también la contribución de la luz
reflejada por el propio planeta. Por supuesto, este efecto es minúsculo y
es prácticamente imposible de apreciar usando instrumentos situados en
tierra, por lo que se necesitan observatorios espaciales para resolver
esta contribución planetaria a la curva de luz. Pero el esfuerzo merece
la pena, porque si logramos aislar la luz reflejada por el exoplaneta
seremos capaces de medir directamente las características de la
atmósfera de estos mundos distantes.
Aplicando este método con datos de los telescopios espaciales Kepler y
Spitzer, un equipo de astrónomos liderado por David Kipping ha
descubierto el planeta más oscuro conocido hasta la fecha. Se denomina TrES-2b
y es un júpiter caliente situado a unos 750 años luz en la constelación
de Draco con una masa de 1,12 veces la de Júpiter. Lo sorprendente es
que según el modelo empleado para interpretar los datos, TrES-2b tendría
un albedo de solamente 1%-2,5%, o lo que es lo mismo, sería más negro
que el carbón (!). Por comparación, el albedo del asfalto es del 4-12%,
mientras que el de la Luna es de un 12% y el de un núcleo cometario
suele rondar el 4%.
Aunque el bajo albedo de TrES-2b es ciertamente sorprendente, lo cierto
es que desde hace tiempo se sospecha que los júpiteres calientes tienen
que ser muy oscuros, debido principalmente a la absorción de luz visible
en las líneas espectrales de sodio y potasio atmosférico. De hecho, los
recientes cálculos del albedo de Kepler-7b, otro júpiter caliente, han
ofrecido un albedo de 38 ± 12%. Por otro lado, es perfectamente posible
que TrES-2b no sea realmente tan oscuro y que el bajo albedo sea un
artefacto observacional. Pero en todo caso lo importante es que cada vez
está más claro que los júpiteres calientes no son meras versiones
ardientes de los gigantes gaseosos de nuestro Sistema Solar, sino un
tipo de mundos totalmente distintos a lo que estamos acostumbrados.
Más información:
- Detection of visible light from the darkest world, David M. Kipping et al. (ArXiv, 10 agosto 2011).
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Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad.
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