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­Imagen creada a partir de una imagen de Wikipedia (cortesía G. Bacon) y una famosa fotografía de Charles Darwin.

Hoy se celebran 200 años del nacimiento de Charles Darwin, quien (junto con Alfred Russell Wallace) descubriera los principios fundamentales que rigen los procesos evolutivos. El trabajo de Darwin es absolutamente central para la Exobiología, pues se asume que cualquier forma de vida aquí en la Tierra o por fuera de ella está sujeta a las leyes de la evolución, hasta tanto no se demuestre lo contrario.

Pero eso no significa que la vida extraterrestre tenga que ser similar en alguna forma a la nuestra. Lo más seguro es que sea muy diferente, tanto en sus rasgos físicos, como también en sus procesos metabólicos, pues todos ellos dependerán de los ambientes en los cuales se desarrollen, y estos seguramente serán muy diferentes al nuestro. Pero sin importar dónde se encuentren, al final todo se reducirá a una lucha interminable por la supervivencia (tal como sucede con todas las especies en nuestro planeta). Y no es difícil predecir que (al igual que en nuestro planeta) las especies que perdurarán serán las más aptas. En estos lugares seguramente también habrá extinciones masivas causadas por eventos catastróficos, tales como impactos de meteoritos de gran tamaño o episodios de vulcanismo masivo, lo que hará que disminuyan las presiones evolutivas sobre las especies que sobrevivan (tal vez por simple azar), permitiéndoles diversificarse mucho más, tal como sucedió con los mamíferos en la Tierra cuando desaparecieron los dinosaurios. Y aunque improbable, la selección natural podría llevar incluso al surgimiento de seres inteligentes capaces de desarrollar un lenguaje que les haga preguntarse (como nosotros) si están solos en el Universo.